lunes, 25 de febrero de 2019

EFECTO PIGMALIÓN


 PigmaliónSí el maestro cree en las capacidades de sus alumnos, estos podrán conseguir aquello que se propongan. Así comenzaba la clase de pedagogía, haciéndonos reflexionar sobre la importancia que tenemos para nuestros alumnos, haciéndonos ver hasta qué punto podemos influenciarlos.









Creo que muchos estudiantes, por desgracia, nos hemos encontrado con profesores a lo largo de nuestra vida que se han visto capaces de decirnos qué seremos capaces de conseguir y qué no, sin antes darnos una oportunidad.



El maestro es un guía en el proceso de enseñanza – aprendizaje de sus alumnos, y como tal debe apoyarlo y “guiarle” para que consiga sus sueños. Estamos para ayudarlos a que despeguen y vuelen alto, tanto a nuestros alumnos como a hijos, hermanos, primos o padres. Somos una mínima parte del universo, por lo que no somos quién para afirmar que serán o no capaces de hacer los demás, hagámonos entre todos la vida más fácil. 

Durante mi etapa de secundaria vivencié una situación similar. En los tres primeros años de la ESO tuve a la misma profesora de matemáticas, y esta asignatura nunca ha sido mi fuerte. En cuarto de la ESO había que elegir entre las matemáticas A (las fáciles) y las matemáticas B (las difíciles). Yo elegí las B puesto que me facilitaría el aprendizaje de las matemáticas de bachillerato. Al optar por estas, cambié de profesora. La anterior maestra cuando se enteró se sorprendió y me dijo que me iba a costar mucho y tendría que seguir esforzándome como hasta el momento.
Al finalizar el curso, la profesora en cuestión me dio la enhorabuena porque aprobé todos los exámenes sin problema y con buena nota.









Como futuros docentes, no podemos cuestionar el proceso de enseñanza – aprendizaje de nuestros alumnos, sin cuestionarnos también si nuestra forma de enseñarles es la adecuada.

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